¡Que vienen los indios!

Hace algunos años ya sufrimos la moda “Pocahontas”. Entonces no pude resistirme a vestirme como las nativas americanas y ahora, como me gusta más disfrazarme que a Mortadelo, me veo customizada como Daniel Boone o, aún peor, como Toro Sentado.

El look navajo sigue la línea América Profunda que llevamos viendo desde hace unos años: el total denim, el look aguerrido leñador, el folkie y, por fin, los nativos americanos. Ya se sabe, no hay cowboy que se precie que no ponga a un indio en su vida.

La artesanía de las naciones nativas norteamericanas se ha extendido por el mundo como el virus de la gripe. La vuelta de la trenza a las pasarelas debería habernos servido como pista, nos estaba subiendo la fiebre…

Las marcas con una visión arriesgada de la moda se anticiparon a esta tendencia, así Opening Ceremony y Pendleton colaboraron para crear una línea de parkas mucho antes de que los estampados tribales, mezclas de colores, flecos, lana rústica y ante, así como los tejidos de mantas y alfombras típicas de Nuevo México invadieran las pasarelas y los escaparates low cost.

De todas las colecciones que esta temporada han adoptado esta tendencia me quedo, sin ninguna duda, con Isabel Marant. Me gustan todos y cada uno de los modelos que sacó a pasarela.

Pero también me ha encantado Proenza Schouler.

Band of Outsiders pone de actualidad el poncho de Clint Eastwood, eso sí, en versión limpita.

Rodarte actualiza esta tendencia y la acompaña de unas botas, simplemente, fantásticas.

Rag & Bone nos propone un indio futurista.

Y Alexander Wang lo luxuriza (me gusta, me gusta, me gusta).

Las marcas más accesibles han recogido esta tendencia en abrigos, parkas y ponchos, y sobre todo, en los complementos. Hago un barrido empezando por un abrigo capa de Blanco,

una chaqueta étnica de Bershka,

y un poncho de Vero Moda que he encontrado en Asos.

Me ha encantado el abrigo de Goldie que he visto en Topshop.

Y me parece superponible el chaleco con flecos de Blanco.

En Zara he localizado una saca étnica de TRF, comodísima para acompañarnos durante todo el día.

Para la noche, Mango nos trae un bolso de piel trenzada, con flecos.

Y me voy ahora a mi universo favorito, el del calzado. Empiezo, como no podía ser de otra forma (a estas alturas, creo que ya conocéis mis debilidades), por Christian Louboutin, y me quedo con unos botines de lo más apropiados para correr por las praderas detrás de los bisontes (a falta de flechas, siempre los puedes atacar a taconazos…).

Tory Burch nos propone unas botas de piel de conejo, calentitas, calentitas (ahora sudo sólo con verlas, pero ya os contaré dentro de un par de meses, cuando el mercurio de los termómetros se desmaye).

Me han encantado los botines mocasín de Bess, con sus tachas y todo.

Jimmy Choo también ha vuelto su mirada hacia las inmensas praderas norteamericanas.

Si tenemos antojo de flecos, los hay más asequibles en Zara.

También me han gustado las botas que he visto en Venca.

Y fiel a mi gusto por los pelos, me quedo con la bota mocasín de H&M.

¡A mí el 7º de Caballería!