domingo, 22 de julio de 2012

¡Atrápalas!



No descubro nada si os digo que hacer promesas es muy peligroso, porque se corre el riesgo de romperlas. Aún así, como me gustan los deportes de riesgo (ir de shopping con tacón de 16 cm., sin ir más lejos), hace tiempo que me hice la promesa de aprovechar las rebajas para equiparme para la temporada siguiente, promesa, que muy frágil ella, no consigo mantener. Pero he purgado mi culpa buscando prendas que todavía podemos encontrar rebajadas (un tormento, oye, de una página a otra, que sufrimiento, que congoja…) y que nos vendrán genial en la temporada que viene.

Chaquetas de tweed: el estilo Chanel nunca pasa de moda, así que invertir en una chaqueta cortita de tweed siempre es una buena idea, pero como no están los tiempos para despilfarros (me estoy apretando tanto el cinturón que ya parezco un reloj de arena…), he encontrado dos propuestas en Zara




A pesar del color (¿por qué verde, ¡por qué!?), me encanta esta chaquetita de Bimba y Lola.



Perfecto: soy incondicional de las cazadoras perfecto o biker. No hay temporada en la que no me haga con una. A medio camino entre el estilo lady y el rebelde he encontrado este modelo de Blanco.

Pero como no soy mujer de medias tintas, he caído rendida ante el perfecto que nos propone Zara (¡que tiemble Studio 54!)


Este otoño-invierno nuevamente el look total white será tendencia. Yo empezaría por este perfecto de Mango.

Trench: en este momento en que me encuentro adorando el aparato de aire acondicionado como si fuera el Becerro de Oro, me parece mentira que en algún momento al termómetro le pegue un bajonazo, pero para mi desgracia, lo hará y una de las primeras prendas a las que recurriremos es el trench. Yo ya me he hecho con este de Blanco, estupendo para enfrentarse a todo color a los primeros días grises.

También me parece fantástica esta propuesta de Berska, en versión corta.



Militar: los próximos meses hasta las más pacifistas (que no pacíficas…) caeremos rendidas al estilo militar. En Stradivarius he visto varias prendas que me han encantado, pero me quedo con este fantástico mono (¿“El Mono Fantástico”?, voy a patentar el título, que me suena a serie de Antena3).



Y la parka que me acompañará en mis momentos más casual.



Cuero: me pierdo por un trocito de piel (abstenerse padrastros y cutículas varias). No me importa que el calendario y el termómetro se alíen en mi contra y me intenten convencer de que tengo que llevar un vestido fresquito. Yo, a la mínima que se despisten, me visto “en cueros”. Así que he disfrutado indecentemente fisgando en Bimba y Lola, donde he encontrado un top nude que tiene que ser mío.



Para que no eche de menos a sus compañeros, le diré que comparta burro (los burros de mi vestidor el día menos pensado se lían a coces conmigo) con esta maravillosa chaqueta de la misma marca.


Tail hem: la única tendencia a la que no he sucumbido este verano tiene seis meses más para vencerme (caeré, lo sé…). De momento estoy pensando hacerme con esta falda de Mango, maravillosa para combinar con botas biker.

La misma marca nos propone este magnífico vestido, genial para un working look y para el afterwork.

En Zara he encontrado una falda cuajadita de lunares.



Peplum: otra tendencia que promete seguir acompañándonos durante la próxima temporada. Si los volantes en la cadera no le tienen miedo al frío, yo tampoco, así que luciré brazo con este top que he visto en Zara.


En Topshop he encontrado un vestido que alegrará mis americanas negras.



Estampado pañuelo: el otoño viene cargado de estampados, así que el pañuelo ha aprovechado para acampar entre nosotros una temporada más. En Zara he encontrado una fantástica camisa en blanco y negro.


Pero si queréis enfrentaros a la depresión postvacacional cargaditas de color, también Zara nos propone una maravillosa falda.


La camisa que he visto en Blanco me parece fantástica para un look de otoño.

Sin salir de la tienda, he caído totalmente rendida ante este pantalón.

Flores: quien piense que las flores no son para el otoño, no ha visto las pasarelas de la próxima temporada. Este año todas floreceremos con el frío, como el crisantemo. En el grupo Inditex he encontrado varias prendas con jardinera, como esta americana, fantástica para la nueva temporada.



Para combinar con mis vaqueros boyfriend me parece maravillosa esta blusa de Stradivarius.


Palazzo: como soy extremista, alterno mi amor entre los pantalones pitillo y los palazzo, que también llevaremos en otoño. En Mango he encontrado una versión multicolor

O de un azul intenso que me ha hipnotizado.

Mientras llega el frío, ¡disfruta el verano!

sábado, 14 de julio de 2012

LBD




En la década de los felices años 20, Coco Chanel diseña un vestidito negro, corto, que nace con vocación de ser económico, accesible, duradero y adaptable. En 1926 la edición francesa de Vogue le dedica su editorial, denominándolo El Ford de Chanel. Como el Ford T, el diseño de Chanel era simple y asequible para todas las clases sociales. Había nacido un icono de la moda: el petit robe noire o little Black dress (LBD), condenado a acomodarse en nuestros armarios para salvarnos de las situaciones más complicadas, y a convertirse en el uniforme del buen gusto.
Antes de la revolucionaria Coco, el negro estaba reservado a los períodos de luto y se consideraba indecente a la mujer que lo llevara en otras circunstancias. Me vienen a la memoria la caprichosa Scarlett O’Hara taconeando sobre la estricta moralidad sureña con su vestido de luto (como me identifico con ella…) o a Virginie Gautreau retratada por John Singer Sargent en Retrato de Madame X, una viuda sofisticada luciendo escote (¿se puede tener más glamour?).

Durante la Gran Depresión (la del 29, no la actual), la popularidad del LBD continuó ascendiendo, fundamentalmente por ser económico y considerarse elegante. También Hollywood puso su granito de arena. La mayoría de las películas se rodaban en Technicolor, y esta técnica que distorsionaba los colores, hacía que los directores optaran por los vestidos negros, por ser un tono que daba mucho mejor en cámara (mira que bien da en cámara Denzel Washington, mucho mejor que Gabino Diego, tan blanquito él).

El racionamiento textil de la II Guerra Mundial y la uniformidad de las mujeres que se incorporaron a las plantillas de las industrias, ayudaron al gusto de la mujer de la época por el vestido negro.

El “New Look” de Dior en la postguerra y el conservadurismo sexual de los ’50 devolvieron al LBD a sus orígenes como uniforme y símbolo de la mujer peligrosa. Las mujeres fatales de Hollywood vestían de negro.

Pensando en esa década invade mis neuronas la imagen de Édith Piaf, siempre enfundada en un vestido lápiz negro, lo que le valió el sobrenombre de “el Gorrión Negro” y ayudó a que al verla la gente se centrara en su voz y no en su imagen.
En la década de los ’60 la generación “mod” se decanta por el LBD en versión mini, mientras la mayoría de las mujeres suspiraban por la creación de Hubert de Givenchy para nuestra adorada Holly Golightly en “Desayuno con diamantes”.

Quienes me hayáis seguido hasta este párrafo, si no habéis caído en un profundo sopor, quizá os estéis preguntando porque en una estación invadida por el color he elegido hablar del color negro. Muy fácil. Esta semana he podido disfrutar leyendo multitud de blogs y reportajes sobre como hacer una maleta perfecta. Yo tengo la solución: un par de vestidos negros y muchos complementos. Un LBD de corte impecable puede acompañarnos durante todo un día: con zapato plano y bolso shopper o messenger bag para la mañana y con taconazo y bolso joya por la noche, un superhéroe que nos hará estar fantásticas. Ya lo decía Wallis Warfield Simpson, Duquesa de Windsor: “cuando un vestidito negro es adecuado, no hay nada que lo pueda reemplazar”.

No se adaptan demasiado a lo que acabo de decir, porque muy mañaneros no son, ni, si me apuras, muy little, pero a la mierda (con perdón) la minimaleta si puedo meter en ella estas propuestas de Giambattista Valli.
 
Vivan los baúles, porque es lo que voy a necesitar para no tener que prescindir de este Dolce & Gabanna (para aligerar el equipaje, prescindiré de los calcetincitos, ¡hala!).
Desmayada me quedo al ver esta maravilla de Christian Dior.

Me parece fantástico el escote de este Balenciaga.

He encontrado un parecido razonable en COS.

Chanel le pone un toque blanco.

También he encontrado solapas blancas en Mango.


En la misma marca he visto estas maravillosas asimetrías.

También asimétrica es la propuesta de American Retro (¡lo quiero!)

Más asimetrías en IRO.

Me ha subido la bilirrubina al encontrar en net-a-porter.com esta propuesta de Narciso Rodríguez.

Los plisados han sido tendencia esta temporada. Me han encantado los de Karen Millen,

y los de See U Soon.


Pero si hay una tendencia que nos ha bombardeado este verano y promete no emigrar con los fríos, es el peplum (pista para ir de shopping en rebajas). En todas las marcas he encontrado alguna propuesta. Me quedo con el escotazo de Topshop (no apto para tímidas, pero fantástico para exhibicionistas –no me entendáis mal- como yo).



la simplicidad de Zara TRF,


y la maravillosa espalda de Blanco.



De viaje, ¡no sin mi LBD!