sábado, 26 de mayo de 2012

Alas en la cabeza



Con la temporada BBC (ya sabéis, bodas, bautizos y comuniones), nuestras cabezas se llenan de alas. No es que en ellas habiten más pájaros que habitualmente (la mía normalmente es ya un Tokio aviar) ni que el calor haga que hordas de moscas acudan a nuestra cabellera (¡qué imagen más desagradable, por Dios!). Es que, cada vez más, aprovechamos cualquier evento para adornarnos la cabeza.

        Yo me pierdo por los tocados (no me voy a engañar, cualquier cosa que se pueda colocar sobre el cuerpo, me fascina). En una época de mi vida que mi, nunca suficientemente amada tía, ha dado en llamar “fase cucaracha” (creedme, no tiene nada que ver con The Beatles), en la que el espíritu de Louis Brooks me poseyó (lástima que sólo fuera el espíritu, y no el físico), decidí cortarme el pelo y teñírmelo de negro ala de cuervo. En un intento de adornar tan estruendoso error, me dio por las diademas, tocados, sombreritos y pamelas, gusto que, una vez he regresado a mi melena rubia (¡Nunca mais!), he mantenido.


Volvamos al tema. Los tocados pueden usarse en eventos de día y de noche, pero hay que tener en cuenta que su tamaño ha de ser inversamente proporcional a la luz que haya, es decir, cuanto más avance el reloj, más pequeño ha de ser lo que nos pongamos en la cabeza. En consecuencia, la pamela está totalmente descartada para las bodas de tarde-noche.

Otra regla que no hay que olvidar es que no podremos librarnos del tocado-sombrerito-pamela, hasta que lleguemos a casa y lo sustituyamos por el gorrito de dormir, así que es recomendable llevar algo moderadamente cómodo (¡qué daño ha hecho Ascot!) y poco agresivo con el vecino de mesa, o sea, hay que tener en cuenta el espacio vital que tendremos en la mesa, para intentar volver a casa sin llevar clavada en la pluma de faisán la córnea del compañero de langostino.

Los colores y materiales dependen de la época del año. El frío del invierno permite terciopelos y fieltros, mientras que el acelerón que el termómetro pega en verano nos pide rafias, arpilleras, sinamays, plumetti o encajes. Eso es pura lógica, probad a llevar en una boda de mañana un, pongamos, veintitantos de julio, en Córdoba, una preciosa pamela de fieltro, bien caladita hasta las cejas, y luego me llamáis para contármelo desde la ambulancia del 112.

Más consejos de pura lógica: si optamos por llevar tocado, olvidemos la combinación de la caja fuerte y démosle el día libre a las joyas.

Y la regla de oro: a excepción de las testigos de bodas nocturnas, con tocado, vestido corto.

Dior pensaba que los sombreros debían rematar la línea del vestido: “es el final de un traje al igual que el zapato”. Sé que es una maldad, pero he visto invitadas que invierten el orden, y llevan tocados que parecen chanclas y zapatos similares a boinas.

Si hablo de tocados, en mi opinión, no puedo empezar por otro que no sea Philip Treacy, cuyas creaciones son objeto de culto. Borrad de vuestras neuronas aquella cosa que le puso en la cabeza a la princesa Beatriz de York en la boda de su primo. Ese indescriptible híbrido entre marco del Todo a 100 y tapa de inodoro no hace honor a sus maravillosas creaciones. Aunque el poder visitar su único punto de venta en España es una estupenda excusa para ir a Sevilla, sin movernos de casa, en 24fab podemos encontrar esta fabulosa diadema con maxilazo.


En la misma web me he enamorado de esta maravilloooosa pamela de Clara Gortázar.



Pero no dudaría en serle infiel con la pamela Willow de Bundle Maclaren que también podéis alquilar / comprar en la misma web.




Las creaciones de este sombrerero me parecen extraordinarias.

Emily
Laura
Siempre me enamora la elegancia de las propuestas de Rosario Berrocal.

Pamela Cibeles
Pamela Florencia
Sombrero Bali
A estas alturas de la película no voy a destriparos el final si os digo que la creatividad española es fantástica en todos los sentidos. Eso ha favorecido que en los últimos años hayan aparecido un montón de creadores dedicados a vestir nuestras cabezas. Una de mis favoritas es la sevillana Cherubina que, para mi perdición, ha abierto también tienda en Madrid. Me encantan sus mariposas, y no puedo evitar caer rendida ante sus diademas, 



tocados,

 y pamelas.

Mimoki nos regala un estallido de colores. Me he rendido a su chistera de rafia cuajaditas de fucsias y fresas.

Cuando estaba intentando levantar cabeza (nunca mejor dicho), me he desmayado ante este casquete de orquídeas tropicales.

 La misma flor la emplea para adornar su fabulosa ala de rafia.

BohoChic nos adorna con todo tipo de flores. No puedo (ni quiero) resistirme a su Campanillas,


ni a sus flores emplumadas (uf, uf, uf).
Y no dudaría en arrasar con la noche acompañada de uno de sus tocados joya.
Black Dyamonds nos regala formas imposibles en materiales naturales, 


nos rodea de mariposas,


y nos cubre de flores.


En Un lugar en el mundo by Paula he encontrado un estanque con nenúfares,


y maravillosas mariposas.


Sin palabras me dejan las flores de la vallisoletana La Guinda, solas,


o apoyadas sobre un campo de rafias.


Y hasta el verde menta le perdono a su Matilde.


Esta temporada, ¡tocan tocados!




















domingo, 20 de mayo de 2012

¡Compleméntate!




Todos los años el ciclo se repite: acaban las rebajas de invierno y llega la primavera (cada una fija el calendario como le da la gana: unos cuentan los partidos de la liga de futbol, otros las vacaciones en el cole de los niños, y yo sólo pienso en los cambios de escaparate). Con ella vuelve el ataque de los pólenes, las oscuras golondrinas, empeñadas en ponerme el coche hecho un asquito y, como no, las ceremonias varias. Ya sé, ya sé, cada vez hay más gente que se casa fuera de fecha, pero la explosión BBC (boda, bautizo, comunión), llega con la estación de las flores.

Y que ilusión te embarga cuando recibes la invitación para la boda de una prima segunda que no ves desde un día que vuestros padres se encontraron en un chiringuito playero, allá por el pleistoceno, cuando aún llevabas bañador con volantito en la ingle y manguitos para no ahogarte. O para la comunión de un hijo de aquella compañera que te dejaba los apuntes de la clase que teníais los viernes a las ocho de la manaña (¿cómo es posible que esa pardilla se haya casado y, más difícil todavía, se haya reproducido?).

En fin, que la alegría que te provoca la llegada de una invitación a tu buzón de correo sólo es comparable con el alegrón que te da ver la factura del gas en pleno enero. Y, antes de la crisis (¿cuándo van a dejar las vacas la Dieta Dukan? Una cosa son vacas flacas, pero lo de ahora ya son vacas Gandhi) todavía nos quedaba el consuelo de poder ir de shopping sin límite de gasto, pero ahora, ni eso. Y como yo no me resisto a ir divina de la muerte a ningún sitio donde un ser vivo (ya sea una ameba o un paramecio de los que tanto le gusta ver en los estampados a mi amigo Macondo) pueda verme, optaré por recuperar un LBD y customizarlo a golpe de complemento.
Siento una debilidad extrema -según mi madre roza la enfermedad mental- por los zapatos, así que empezaré por el complemento objeto de mis desvelos.

No habrá sencillez que pueda resistirse a los Metal Nudo de Chritian Louboutin.


o a sus Torero (¡ooooooleeee!, dos orejas, vuelta al ruedo y tango agarrao con el toro...)

y a costa de, al paso de mis zapatos, provocarle un ictus a esa tía abuela soltera a la que tanto quiero, sucumbiré a los encantos de sus Yolanda.


En Carven he encontrado un salón destalonado en uno de los colores de la temporada.

También ha optado por el pasteleo Stuart Weitzman en sus salón de puntera metálica, otro de los it de la temporada.

Me parecen fantásticos estos peep toe en plumeti de Cinderella.

En la misma página me han enamorado los Virgin bicolor de Rocío Mozo.


Zara nos propone estos preciosos peep toe con encaje.


Y deslumbrada me han dejado estos salones con puntera metálica, también de Zara.

Y vamos subiendo y llegamos a las manos (¡qué mal suena eso, cielos!). Y vuelvo con mi dios, Louboutin. Su Sweety Charity Laminato me ha producido como un medio desmayo que no sé si he superado todavía.


Aún no recuperada me encuentro con su clutch Sofia y casi me remata.


Un momento que recupere la respiración..., ufff, imposible con esta baguette de pitón de Louis Vuitton (¡qué alguien llame al 112 o, aún mejor, me traiga un chupito de cognac).

Me parece fantástico este clutch de serpiente de Uterqüe.

Y no me digáis que no es superveraniega la opción que nos da Accesorize.

24fab nos da la opción de alquilar este delicioso melocotón.


Y sigo escalando y, en la misma web me he encontrado este magnífico collar de plumas de ave del paraíso, que hará que mi LBD se convierta en un modelazo.

Bimba y Lola han llenado sus escaparates de color y de entre todas sus propuestas, me quedo con su Kitsch,

y esta fantástica gargantilla multicolor.

También me he dejado alcanzar por los pececitos que me han perseguido en Mango. Les castigaré a venir conmigo a la comunión del mini híbrido de mariscal de campo-capitán de fragata que ha criado mi compañera de facultad.

Sin palabras me deja la propuesta de Delfina Delttrez.

Como en el cuarto chupito de Licor 43 (¿aún existe?!) me entra un calorcillo que no veas, desenfundaré mi abanico y todos se quedarán sin habla con esta obra de arte de Abanicos Valencia, en ébano y nácar.


Y como de vez en cuando me gusta sacar a pasear a mi lado Lady Marmalade, nada para la ocasión como este abanico de plumas de Cherubina.


¡Juega a complementarte!


Y la semana que viene, tocados...