domingo, 31 de julio de 2011

Guardando para el invierno

Lo sé, lo sé. Cuando la mayoría estáis sufriendo una interminable caravana para llegar a una playa en la que hay que luchar como un Ninja para lograr ocupar unos escasos 2 m2 de arena, vengo yo a fastidiar y a recordar que en unos meses estaremos de nuevo arrancándonos carámbanos de las orejas. Pero, que queréis, el calendario es inexorable, y después del verano viene el invierno (en la ciudad donde yo vivo, el otoño es sólo algo que se estudia en los libros de texto). Ya lo sabía la workaholic hormiguita mientras la alegre cigarra tocaba el ukalele bien fresquita y a la sombra (¡esa es mi chica!). Y también lo sabemos todas nosotras, que, cada año, nos vemos obligadas a guardar en el armario los escotes que nos han acompañado durante el verano para hacerle hueco a los cuellos altos y las mangas largas. ¡Como si la vuelta a la vida real no fuera suficientemente frustrante!

Para animarme, he seleccionado algunas prendas imprescindibles que sobreviven a los desmayos del termómetro y nos ayudan en el salto mortal de la playa a la oficina.

·        Creamy, creamy: las blusas en color crema (desterrad el blanco) es una prenda multiusos que nos ayuda a contrarrestar los colores energy y a volver al trabajo tras las vacaciones de verano. Aunque particularmente me gustan más con un estilo masculino, me he rendido a la propuesta de Marc Jacobs.

·        Una de vaqueros: la camisa vaquera es un intemporal que nunca nos abandona, pero que este año vuelve a estar a la cabeza de los imprescindibles. Ahora combina con faldas de print floral o con pantalones wide leg blancos. En invierno seguiré usándola con una maxifalda de punto. Me ha encantado esta de Zara con puños en contraste.


·        Print mix: la nueva temporada nos amenaza con mezclas imposibles de estampados.  Me gusta el vestido retro de Mango con estampado arty.
·        Print animal: seremos las reinas de una selva repleta de felinos y serpientes. No soy muy partidaria de los total look en este tipo de estampados, pero me parece fantástico el que propone Mango.


También me he rendido ante los zapatos de pitón que he encontrado en Zara.
·        Un paseo por el Zoco: el rojo intenso y los colores especiados: curry, cúrcuma, paprika… nos harán compañía cuando los días se vuelvan fríos. Fantástico el abrigo de verano de Rag & Bone.
También me apunto al look Total Red que nos propone Mango (ojo al rojo, que viene pegando fuerte- caramba, que raro ha sonado eso).


·        Rouge + nude: para compensar, mezclar colores intensos y neutros. Una de cal y otra de arena. Si no queréis romperos la cabeza intentando hacer combinaciones, Blanco nos propone un vestido que combina el rojo brillante, el fucsia y el beige en una sola pieza.


·        Todo encaja: ni se os ocurra guardar cualquier atisbo de encaje. Es uno de los tejidos al que han recurrido casi todas las marcas. Podéis elegir entre una prenda “total lace” como la que he visto en Mango.
O apuntaros a esta tendencia en versión “sólo me gusta un toque” como en el vestido de Beba’s Closet.


·        Vestidos lenceros: nos han favorecido en verano, así que no merecen que les castiguéis al fondo del armario. Me encanta combinarlos con prendas de lana y botas.

Alberta Ferretti
·        A cuadros: soy una incondicional de la combinación camisa de leñador – vaquero años 70’s.
Ralph Laurent
Current Elliott
·        Leather fetisch: llamadme fetichista, pero me vuelve loca el cuero. Yo no lo abandono en verano y, por supuesto, es uno de mis imprescindibles de invierno. Me ha enamorado el vestido que propone AA de Amaya Arzuaga, cuajado de cortes.


Pero también le haré un hueco en mi corazón (y, por supuesto, en mi armario) a sus pantalones superslim.

·        Chaqueta Coco: en tweed y con cuello redondo, acompañarán a nuestros vaqueros, vestidos y faldas A. Me gusta la idea de modernizarla, como ha hecho Zara, añadiéndole cremalleras.

·        Perfectas: las cazadoras Perfecto o biker nos acompañan desde 1928 y aún no ha llegado el momento de dejarlas de lado. Personalmente, me gustan en cuero, como esta de Zara.


·        LBD: el vestido negro de línea simple es, para mí, una de las prendas más útiles del armario.  Cambiando los complementos podemos estar perfectas en cualquier momento del día. Me ha gustado este de Mango.
·        Americana boyfriend negra: la americana masculina continúa siendo un imprescindible. He encontrado una en Zara.


·        Meter en cintura: este año el cinturón masculino estrecho, en cuero natural, es el complemento perfecto. Podéis atracar el armario de vuestro chico, o haceros con uno como este de Gucci.


¡Disfrutad del chiringuito!

domingo, 24 de julio de 2011

Ford, Tom Ford




¿Como se pasa de ser Thomas Carlyle Ford, nacido el 27 de agosto de 1961 en Austin, Texas (ahora mismo se me ocurren pocos sitios menos glamourosos) a ser Tom Ford, diseñador de moda, creador de tendencias, director de cine, arquitecto frustrado? Desde luego llevar en el ADN la herencia de una abuela tan excesiva y decadente como debía serlo Estée Lauder debe facilitar el viaje vital hasta llegar a ser uno de los más famosos e influyentes diseñadores de la historia.

Si alguien me preguntara cual fue el símbolo del poder que desde la década de los 90 adquirieron los creadores de moda, diría que la portada de Vanity Fair en el número dedicado a Hollywood de 2006, en la que, con un traje impecable Tom Ford posaba con unas desnudas Keira Knightley y Scarlett Johansson.



Tom (seguro que me deja tutearle) pasó gran parte de su infancia en Santa Fe, Nuevo México (pues mira tú, si que había sitios menos glamourosos que Austin), trasladándose a Nueva York para estudiar Historia del Arte. Allí descubrió su verdadera vocación: la moda, lo que le hizo mudarse a París para estudiar a fondo el mundo de la pasarela, y, posteriormente, a Milán, donde, en 1990, entró a trabajar en la firma Gucci como diseñador de ropa de mujer, siendo ascendido dos años después hasta Director de Diseño de la empresa, lo que le hizo tener bajo su responsabilidad la concepción de todos los productos de la marca, como ropa, perfumes, zapatos y accesorios, además de la imagen de la compañía, sus campañas publicitarias y el diseño de sus tiendas.

Figura mediática y hábil lector de los deseos de su tiempo, Ford llegó a la marca italiana cuando está estaba en decadencia y la reflotó a golpe de sexualidad, provocación y nocturnidad. Defino reflotar: pasar de perder 30 millones de dólares al año a ganar más de 160 en poco más de dos años y estar valorada en más de 4.300 millones de dólares.

La colección de 1994, con la que atrajo la atención de medios y compradores, despertó de un largo letargo a la firma italiana, que, hasta entonces, lo único que fabricaba era marroquinería. Hubo cambios que luego todos copiaron, como la oscuridad en la pasarela y un cañón de luz apuntando la salida de cada modelo y la música atronadora. Recuperó con esta colección el glamour americano de los sesenta y setenta, desde Jackie O. hasta Halston (considerado la primera superestrella mundial de la moda), con el que compartió noches en la mítica Studio 54. Revolucionó el mundo de los complementos, puso de moda los zapatos de tacón altísimo, los logos, y, por supuesto, devolvió el término sexy y sex al mundo de la moda. El éxito fue instantáneo y tan brutal que pilló a su equipo sin copias del muestrario que prestan a las revistas; sólo había una copia de los prototipos del desfile, lo que hizo que las revistas tuvieran que desplazarse a Milán para fotografiar la colección para las ediciones de invierno. La colección estaba compuesta por pantalones de cintura baja de terciopelo, blusas entalladísimas de satén abiertas hasta el ombligo, zapatos de tacón de puntera cuadrada y estribos, abrigos de mohair y enormes bolsos de cuero negro con las características rayas verde y rojas míticas de la casa, bolsos que convirtieron a esta firma en la más rentable del panorama de la moda y pusieron de moda su propio vocabulario, ya sabéis, it bag, must have, etc. Tom incluyó todo tipo de pieles en esta colección, desde pantalones de cuero hasta voluminosos abrigos de mouton.

De la mano del gestor Doménico de Sole formó un dúo -Dom-Tom- que vendió al mundo un mensaje claro y directo. Pero eso no era suficiente. Soñaban con convertir la empresa en un gran grupo y con el cambio de siglo se dedicaron a comprar otras marcas. Una decena en un par de años. Entre ellas, una gloriosa Yves Saint Laurent. Así, Tom Ford, el chico guapo de Texas, provocó la retirada del discípulo de Christian Dior y se dispusó a repetir en París la fórmula que tan bien le había funcionado en Milán.

En 2004 sus desavenencias con el rey del lujo, François Pinault, dejaban huérfano al grupo y desamparados a los seguidores del “estilo Ford”. Una ruptura que el diseñador equiparó al más doloroso de los divorcios.

En abril de 2005, exactamente un año después de su dramática salida del Grupo Gucci, Ford anuncia la creación de la marca TOM FORD, en principio únicamente con una línea de ropa masculina a la venta en su exclusivísima tienda de la Avenida Madison de Nueva York –trajes de corte clásico, gemelos con diamantes, gafas con montura de ébano o batas con las que sentirse flamboyant.

El regreso de Tom Ford a Estados Unidos fue áspero. Ya se sabe que es difícil ser profeta en la tierra de uno mismo. El establishment cultural de Nueva York enarcó las cejas con desdén al ver llegar al hijo pródigo que había abandonado las marcas europeas y el crítico de The New York Times, Horacio Silva, publicó un demoledor reportaje en el que relataba como se había sentido ninguneado y ultrajado por el trato recibido en la tienda.

Por fin, a principios de este año, ha presentado su colección para mujer. Si algo ha tenido este diseñador es una innegable visión de la mujer que él disfruta creando y recreando. La mujer que el define puede ser una fantasía, pero no es un cliché, ya que encarna caracteres individuales, fuertes y reales. Sus códigos habituales se mantienen – trajes masculinos, guiños a la transición de los setenta a los ochenta, sexualidad explícita, pero no se imponen a la mujer, sino que se adaptan a ella. Transmite un sentido de belleza atemporal, grandilocuente y memorable que hoy escasea en una industria entregada a la histeria de lo inmediato.

Su última aventura ha sido un largometraje del que es director, coproductor y guionista, una adaptación de Un hombre soltero, una de las primeras novelas del movimiento de liberación homosexual, publicada por Christopher Isherwood en 1964, protagonizada por un maravilloso Colin Firth merecedor del premio Volpi y la nominación al Oscar.

Como curiosidad os contaré que ha confesado que de forma recurrente tiene la pesadilla de que el día de la presentación de sus colecciones, por algún motivo, la ropa no llega – probablemente, yo la he robado- y él tiene que salir a la pasarela y hablar para entretener al público. Por lo que a mi respecta, le valdría con salir y permanecer de pie para dejar que lo (ad)miremos.

Artista inquieto, multidisciplinar y amante de los retos, es un rey del estilo sin corona, con un reinado que se extiende más allá de la moda. Su estilo sofisticado y sexy se siente en todo lo que emprende. Él es la prueba viviente de que los diseñadores de moda pueden ser protagonistas, vestir a las estrellas y convertir sus más alocadas propuestas en inmortales imágenes duraderas y momentos precisos. Además de astucia y talento, Tom Ford conquista con su look, curiosa sofisticación del macho alopécico, barbado y de pelo en pecho. Es adicto a la sonrisa de sátiro, y se revela aún mejor cuando proyecta su hipnotizante mirada bajo esas grandes gafas. Nadie como él para ser la mejor imagen de su propia marca.




domingo, 17 de julio de 2011

Lo que el frío nos traerá



     Como todos los años, cuando todavía estamos dedicados al tinto de verano y  dándole caña al aire acondicionado, a las tiendas empiezan a llegar los anticipos de lo que llevaremos en otoño. Probárselo hace que una se ponga al borde de la deshidratación, pero, ¡el mundo es de los valientes! así que  me he ido a la caza de lo que nos traerá el frío y lo que he encontrado os lo resumo en once puntos:

    1. Todas somos estrellas: las estrellitas prometen ser la plaga del otoño. Sustituyen a los clásicos lunares, pero aportan más fantasía y sofisticación. Los responsables han sido los italianos Dolce & Gabbana, que han llenado su colección de invierno con este estampado, pero podemos encontrarlo también, por ejemplo, en Zara.
    
    Dolce & Gabbana

Zara


    2. Piel de serpiente: la serpiente se ha tragado a los grandes felinos del año anterior y se ha convertido en el otro gran protagonista de la temporada. Este estampado se va a arrastrar por todo nuestro armario, desde la ropa hasta los complementos y, además, en colores atrevidos: verde, amarillo… Si no queréis equivocaros, apostad por una cartera, pero si os atrevéis con todo, échadle un vistazo al desfile de Chlóe. Como no, he encontrado opciones más económicas en Zara.

Chlóe
Zara

    3. Chapado en metal: no lo dudéis, los metalizados han invadido las mejores colecciones, así que es hora de apostar por ellos sin miedo a convertirnos en la réplica femenina del hombre de hojalata. Los tops, vestido, pantalones y faldas es mejor reservarlos para la noche. Para el día, nos conformaremos con unos salones, unas bailarinas o una cartera.

Stella McCartney
Zara
    4. Y siguen los seventies: los 70 se resisten a abandonarnos. Tras el boom del invierno pasado que ha resistido los calores del verano, esta tendencia seguirá dando guerra con la llegada del fresquito. Las mejores firmas se rinden a ella, así que yo sólo puedo decir que me encanta. Soy fan de los pantalones wide leg, las sandalias y los zuecos de madera, los sombreros de ala ancha y las bandoleras.

Marc Jacobs
    5. Marcando hombros: la peor de mis pesadillas se ha hecho realidad. Vuelven las hombreras, y no valen las medias tintas, vuelven en tamaño XXL. Ya sé que no son fáciles de llevar y, además, no favorecen a todas las siluetas, ¡pero que queréis! Apuesto a que terminaré pareciendo un jugador de rugby americano. Propongo ir poco a poco para ir acostumbrándose. Son más fáciles de llevar en un abrigo de corte recto o un blazer masculino, pero si no os convence, probad a añadírselas a un top de fiesta.

Miu Miu
    6. Femme fatale: no hace falta que os diga que lo retro está de moda. La serie americana “Mad Men” ya nos devolvió a la mujer sofisticada de los años 50, y  la tendencia se mantiene como una de las más fuertes para el año que entra. Si cambiamos los zapatos de día por unas sandalias por la noche, podremos tener impresionado al personal 24 horas al día.

Miu Miu
    7. Minimalismo chic: para descansar de tanto estampado, tanta estrella y tanto retro, la pasarela nos da el respiro de las líneas sencillas y limpias. El minimalismo de los años 90 vuelve para quedarse. Me ha encantado la versión jumpsuit que propone Stella McCartney y que he encontrado, similar, en Zara, un básico que utilizaremos en cualquier ocasión.

Stella McCartney
Zara

    8. Monocolor: gracias a Dios, la tendencia color block que ha hecho estragos este verano se esfuma con las primeras brisas del otoño. Se acabaron los colores vibrantes, desplazados por los tonos sobrios. No descubro nada si os digo que los vestidos monocolor son simples, elegantes y muy chic.
Celine

9. Memorias de una geisha: la impresionante colección presentada por Armani en la semana de la Alta Costura de París bajo el nombre de “Hommage au Japon” estuvo cuajada de flores de loto y cerezos en flor. Las marcas de prêt à porter más asequibles nos harán accesibles sus vestidos largos y sensuales, chaquetas de corte quimono, pantalones anchos y diseños geométricos.
Armani Privé
Zara

    10. Y punto: el punto será un imprescindible el próximo otoño. En su versión calada o como tricot compacto, la materia invernal por excelencia se convertirá en un elemento clave para contrarrestar  la importancia de otras texturas más ricas y delicadas.
Isabel Marant

    11. El mundo en tus manos, y a tus pies: está claro: la próxima temporada toca olvidarse el bolso en casa y apostar siempre por la cartera.
Prada
Zara

En cuanto a los zapatos, invertid en unos salones clásicos, pero con un toque especial. Yo apostaré por el glitter que al final prometo ponerme con absolutamente todo. 
Miu Miu


Zara
La tendencia tomboy sigue marcando estilo, así que podremos recuperar el par de estilo masculino del año pasado.
Christian Louboutin
Zara
    Que el veranito nos dure mucho y tardemos en estrenar estas tendencias.