domingo, 30 de octubre de 2011

Puesta a punto



Dicen los historiadores que durante la Revolución Francesa las tricoteuses, harpías de la guillotina, gustaban de sentarse junto al patíbulo y mofarse e insultar a las víctimas que eran subidas a él para ser guillotinadas. En esos aburridos ratitos en que el verdugo recogía la cabeza rodante y preparaba a la siguiente víctima, esas agradables tertulianas (sin duda, antecesoras de los colaboradores de Sálvame) aprovechaban para sacar sus agujas y se ponían a tejer. La Madame Defarge creada por Dickens en Historia de Dos Ciudades, junto a sus compis y bajo una aparente pasividad, tejía el nombre de los ejecutados en sus labores, ocultándolos mediante un código creado con diferentes secuencias de puntos (ya me gustaría a mí ver como codificaban a María de los Desamparados Lamateguigoerria-Azpilicueta y Lazarragaguebara, porque claro, Luis Capeto con dos puntos de arroz y un ocho está solucionado).

Bueno, pues no sé si será porque parece ser que estamos asistiendo a un nuevo cambio social (de aquellos Lehman Brothers estos lodos), el caso es que el punto vuelve a estar de moda. No sólo ha invadido las pasarelas y los escaparates, sino que hasta el mobiliario urbano, de la mano de las guerrillas knitting se ha sumado a esta tendencia.

Buscando, buscando, he encontrado propuestas para todos los gustos, todos los presupuestos y todas las partes del cuerpo.  De todas, me quedo, sin duda, con el abrigo de lana que propone Juan Duyos,


y el vestido de AA de Amaya Arzuaga.


La prenda tricotada por excelencia es el jersey, y de esos he encontrado un montón que me han enamorado. All Saints hace un guiño al punk,

House of Holland le da un toque lady añadiéndole perlas,
Valentino lo estampa con rombos Burlington,
e YSL utiliza el jaspeado.
Caramba, caramba, mirad lo que me he encontrado en Zara.
Si sois de las que pensáis que el invierno no implica ir vestida de Bernarda Alba, también he encontrado propuestas de lo más coloridas. Desde el multicolor de Sonia by Sonia Rychiel,
y su versión accesible de Mango.
El bicolor de DKNY (mis dos colores favoritos juntos, me gusta, me gusta).
O de Etoile by Isabel Marant.
Dries van Noten juega con el trampantojo, engañándonos con una falsa superposición tricolor.
En versión cheap, me quedo con el look lady del jersey que he encontrado en Mango.
Y con el estilo retro de Pull & Bear.


O con el sueter de Asos que me recuerda que la Navidad está ahí mismo.


Pero no sólo de jerseys vive mi armario. Me pierden los vestidos de punto.  En Asos (voy a meter su web en el control parental de mi ordenador, y cuando intente entrar, por favor, que me dé una descarga eléctrica en toda la Visa) he visto uno extragrande de Warehouse, simplemente fantástico.


También me encanta el que propone Pull & Bear.


Me han parecido fantásticas las faldas que he visto en Asos (¡y dale!) y Pull & Bear.

Asos
Pull & Bear
Sólo me falta un empujón para salir corriendo a comprar el abrigo de Zara TRF.


O el cárdigan envolvente de… Asos (¡no quiero oír ni un sólo comentario!)


Si no os conformáis con prendas de ropa, os propongo las botas de UGG (bonitas, bonitas, bonitas).


Y el bolso a juego (bonito, bonito, bonito).

El frío ya está aquí y toca abrigarse. ¡Punto!


domingo, 23 de octubre de 2011

Yo llevo los pantalones


El llevar pantalón nos ha costado a las mujeres veintiséis siglos de historia (eso no se supera ni con un mix entre el botox de Nikole Kidman y las cirugías de Cher). La primera en romper el hielo fue la feminista norteamericana Amelia Bloomer quien, a mediados del siglo XIX, inspirándose en los trajes tradicionales turcos, propuso unos pantalones similares a enaguas largas y flojas, ceñidas en el tobillo, sobre las que se llevaba la falda, algo más corta que la habitual de la época. No voy a hacer comentarios sobre la estética del conjunto, porque a ella le debo ponerme ahora mis vaqueros pitillo.  Muchas mujeres de la época, acostumbradas a enaguas, guardainfantes, polisones y corsés con ballenas, y supongo que viendo la oportunidad de ir un pelín más cómodas, a pesar de ser ridiculizadas (contemplando la imagen del estilismo, no puedo imaginar por qué…) se atrevieron a usarlo. Aunque esta moda fue pasajera (Dios a veces es sabio y cuida de nosotras), renació en la última década del siglo con la llegada de la bicicleta, aunque sufrió variaciones ya que se cambió el tejido por el tweed y se eliminó la falda superpuesta (no quiero ni pensar en un paseíto por la llanura castellana en pleno agosto y forrada como una cebolla). También se comenzó a usar la falda pantalón para montar a caballo.

Sin embargo, el pantalón no llegará de forma masiva a los armarios femeninos hasta la Gran Guerra, cuando las mujeres empezaron a sustituir al hombre de la casa en las labores agrícolas y como obreras en las fábricas. Pero fue la gran Coco Chanel, quien, convencida de que había que vestir a mujeres activas, le dio un toque femenino y lo popularizó.

Desde el segundo tercio del siglo pasado pero, sobre todo en los años cincuenta, vivimos la revolución del pantalón femenino, convirtiéndose en una prenda clave en nuestros armarios. Es cierto que, aunque la calle nunca le ha dado la espalda, últimamente los diseñadores lo habían relegado concediéndole todo el protagonismo a los vestidos. Pero esta temporada las pasarelas se han rendido a la evidencia: a las chicas nos gusta llevar los pantalones (literal y figuradamente).

Aunque es cierto que, cada vez más, todos los estilos están de moda, es mejor olvidar este año los pantalones pitillo (yo, me niego) y elegir entre el estilo dandy, el capri o el revival setentero y hippy.

El estilo 100% masculino lo encontramos en las propuestas de Michael Kors.


Jaeger London.


O Altuzarra.

Tommy Hilfiger también recoge este estilo en versión raya diplomática.

A mí, como me pierde la bola de espejos de Stilo 54, me ha fascinado la colección de Diane von Furstenberg.

Y Gucci (me la quedo toda, toda y toda).

También le haría un huequito en mi armario al mono setentero de Chlòe.

 

Si el frío no te acogota a la hora de lucir tobillo, puedes elegir entre los estampados geométricos de Proenza Schouler,

 

el totalcolor de Antonio Berardi,



o la sobriedad cromática de Nº 21.


Si no te conformas con lucir esos centímetros de piel o quieres que, literalmente, se te hiele la sangre en las venas, puedes subir un palmo más el dobladillo (arriesgándote, eso sí, a que te mengüen las piernas, consecuencia del frío invernal, y termines pareciéndote a Toulouse Lautrec), como hemos visto en la pasarela de Emilio Pucci.


O Ports 1961 (antes de rendirme al momento sandalia-minimedia, prefiero morir de frío, ¡lo juro!)


Balmain, que salva el bajo cero combinándolo con botas.


De todas las propuestas, sin duda ninguna, me quedo con Etro.


 

Mientras sigo soñando con asaltar las pasarelas mundiales, me he dado un paseo por los escaparates asequibles. En Zara he elegido un pantalón masculino y un pitillo metalizado (ya he dicho que yo, ni a tiros, pienso prescindir del pantalón pitillo).



En Mango he visto un fantástico pantalón de pierna superancha.

Y sin salir de casa, me ha asaltado en la pantalla del ordenador esta maravilla aterciopelada de Asos (¿cómo puedo resistirme?).

Así que daos una vuelta por escaparates o webs y os encontraréis con un montón de propuestas fabulosas. O aprended corte y confección. Pero no olvidéis que este año (y todos desde hace tiempo), las mujeres llevamos los pantalones. ¿Alguien lo duda?

 

lunes, 17 de octubre de 2011

Repeat, please

Pues eso, repetimos... dos en un día!!!

María José, de Soy cool y tengo un bulldog inglés me ha premiado como blog amigo. ¡Gracias, guapísima!

Pues fíjate tú, que creí que el primer premio me iba a hacer muchísima ilusión, pero, caramba, caramba, el segundo también me ha puesto hormiguitas en el estómago.

Ahora me toca a mí premiar a quince de mis favoritos (tengo más, ¿eh?), que son:

Atacadas
Cool Vanity
Designing Idols
Historias de MarTe
Mes voyages à Paris
Madame de Rosa
Madrid is fashion
Keykoamodel
El closet de María
El vestidor de Cleo
Let me be your trendsetter
My vintage memoirs
Pisa Pisuerga
Vístete de seda
Bartabac

Gracias otra vez a María José y muchas, muchas, muchas gracias a todos los que venís a visitarme y dejáis esos comentarios que tan bien me saben. No dejéis de hacerlo.

¡Vaya día! ¡Mañana ya tengo excusa para irme de shopping!