domingo, 28 de agosto de 2011

Chicas malas


He leído en algún sitio que la enfermedad de moda es el trastorno bipolar. Cielos, dónde vamos a llegar, las fashion victims nos vamos a tener que customizar hasta las neuronas. El caso es que una, que es de los más trendy, lo he adaptado como propio, y tan pronto soy una auténtica lady veraneando en los Hamptons como caigo de cabeza en el ciberpunk de “Blade Runner” o, extremista que es una, me lanzo a la calle tuneada como Sid Vicious.

Este año parece que los diseñadores se han empeñado en hacerme feliz y, entre todos los estilos que nos proponen, nos han traído con fuerza (no podía ser de otra forma), el Nuevo Punk, que nos sorprenderá con sus brillos glam y su encanto macarra. Este estilo camina entre lo underground y el lujo de los tejidos brillantes y las lentejuelas.

Diseñadores, como Olivier Rousteing para Balmain ha adoptado la atracción de los polos opuestos, salpicando los vestidos y minis de lentejuelas y proponiendo chaquetas de lúrex y camisetas que dan la sensación de estar rasgadas.



Otros creadores han optado por la versión pura y dura, como Felder Felder y sus chupas de cuero con aplicaciones que simulan los agujeros en el cristal.
Betsey Johnson estampa sus prendas en rojo y negro, combinación tradicionalmente punk, igual que las medias con print animal.


Ann Demeulemeester radicaliza sus estilismos, desde los peinados en cresta hasta el cuero en cazadoras y pantalones.


En todas las tiendas podemos encontrar prendas y complementos con los que radicalizar nuestros outfit, de la cabeza a los pies.

Respecto al calzado, hay para todos los gustos, desde la bota motera que nos proponen Channel.


Ikks (me encanta el color y las tachas en la caña).

O Zara
Hasta los taconazos que he visto en Dior (¡ay, mamita, me he enamorado!)


La sandalia “estricta gobernanta” de Nina Ricci


O el botín de Jimmy Choo (le voy a ser infiel a los Dior de antes)


Particularmente, me pierden los modelos de Iron Fist, por la originalidad de sus propuestas, la comodidad de sus diseños (puedo certificarlo) y lo asequible de sus precios (muy, pero que muy importante).
Ladies Lacey Days Platform
Ladies Digiskull Platform
También he visto otros complementos que se adaptan a este estilo, como el bolso Artemis de Christian Louboutin, no apto para las que planeen una velada romántica en la que su chico les rodee el hombro con el brazo.
También me ha encantado la “vampírica” gargantilla de Givenchy.



Y las pulseras de 2N de Nini.


Chanel aplica su efecto acolchado a un cinturón de claro estilo motero.


Este estilo conlleva mucho negro y, sobre todo, mucho cuero. Balmain, fiel a su estilo rock-punk, me ha enamorado con una falda lápiz.


Una fabulosa minifalda vaquera cuajada de piercings.


Y un pantalón en cuero brillante.


Si esta marca es famosa es por sus cazadoras perfecto (que se lo digan al inigualable Mario Vaquerizo, fiel a partes iguales a ellas y a Olvido “Alaska”), pero, sin embargo, me quedo con la que confeccionó Maison Martin Margiela a partir de piezas de tres cazadoras distintas: simplemente fantástica.


Las versiones económicas de estas prendas las he visto en Zara, pero hay propuestas en todas las cadenas low cost (estupendas, también, las de Mango). Me ha gustado la biker en negro.


Y me ha encantado el pantalón ultraslim de cuero.


El vestido palabra de honor ya ocupa una percha en mi armario.


Para acompañar todas estas prendas, imprescindibles las camisetas con mensaje. Yo me quedo con los diseños de Christian Audigier, a los que soy fiel.



Las más atrevidas podéis haceros con una camiseta tatuada de Bewild, estupenda si queréis libraros de una vez por todas de la suegra haciéndole creer que os habéis puesto en manos (en agujas) de un tarado mental.


Este año, más que nunca, “punk’s not dead!”.


domingo, 21 de agosto de 2011

Red delicious

Los colores son parte de nuestra vida: hay veces en que nos levantamos con días negros –sobre todo a fin de mes cuando aparecen en nuestra cuenta los números rojos por haber abusado de la Visa oro- o, por el contrario, la vida nos puede parecer de color de rosa porque la compartimos con nuestro principe azul; a veces leyendo la prensa amarilla nos ponemos verdes de envidia o rojos de ira.

Cada color tiene psicológica y espiritualmente un sentido, una interpretación. En particular el color rojo nos habla de estados energéticos intensos, pasión, fuerza, emprendimiento, acción, poder, vitalidad y ambición pero también de ira e incluso crueldad. El rojo nos aporta confianza, coraje y una actitud optimista ante la vida.

A nivel mundial, el rojo representa “peligro”. Ya sabéis, uno no puede bañarse cuando hay bandera roja, el código rojo significa emergencia y todas hemos crecido sabiendo que el “botón rojo” era una última pero mortal opción.








En el contexto de la moda, a mi hay pocas cosas que me seduzcan tanto como una suela roja, aunque desde que uno de los señores jueces de la corte federal  de Nueva York fallara a favor de YSL, no es Louboutin todo lo que reluce.







Las celebrities ya nos habían lanzado un toque de advertencia eligiendo este color para pasear por las alfombras más glamourosas. Este año los diseñadores iban a apostar todo al rojo.

La temporada que entra nos traerá, para variar de las últimas temporadas, colores propios de las épocas frías: negro, gris, marrón y azul. Había que contrarrestar y nada mejor que un golpe de calor en los complementos. Os dejo una selección de los que más me han gustado.

Aunque este año las pasarelas han apostado por los clutchs y yo soy una firme defensora de ellos, que queréis, soy incapaz de sobrevivir un día entero sin mi kit de urbanita, así que para el día elijo siempre un bolso en el que quepan todos mis imprescindibles (¿de verdad necesito perfume, gloss, pañuelos, papelitos matificantes, un frasquito de agua termal, tampones, mi agenda, etc., etc., para ir a la vuelta de la esquina a comprar una baguette?), como este de Blanco.



Me ha encantado el acabado acharolado de este Marc Jacobs.


La marca también nos propone un minibolso con estampado de lunares.


Para un día de shopping me quedo con el tote de piel de potro que he visto en Nina Ricci.


Gucci sonroja su acabado croco.


Me encanta la combinación preppy-punk de este bolso de Zara. Genial mezclar lacitos y tachas.
Y de las manos, a los pies. Fantásticas las botas de Prada que juegan a ser unas mary jane.

También daría mi reino por los stilettos de Charlotte Olympia que combinan el rojo con el rosa empolvado.
Para trotar todo el día por las calles de mi ciudad me quedo con el modelo de Tod’s.


O las bailarinas acolchadas que he visto en Blanco.
Muchos diseñadores han querido traernos a Dorothy camino al Reino de Oz. Me quedo con los Shannon de Pedro García.
Las fabulosas sandalias setenteras de Dior.


O el modelo de Nicholas Kirkwood.
De los pies, volvemos a las manos. Aunque en la ciudad donde vivo el termómetro tiene la curiosa manía de desmayarse durante nueve meses al año, soy una asidua a la manga francesa, así que no he podido más que rendirme a los guantes largos y acolchados de Ángel Schlesser.

Ya os comenté en una entrada anterior que este año era un complemento imprescindible el cinturón masculino de cuero. Pues bien, quien quiera escapar de los marrones, puede optar por este de Blanco.
Pero no solo de complementos viven los armarios, así que respecto a la ropa, podéis arriesgaros con un total look, que no es muy fácil, porque hay tonos de rojo que realmente se hacen sangre entre sí. Yo me quedo con la propuesta de Mango.


Hakaan (no apto para tímidas).


O la invasión de paillettes que nos trae Rodarte.


Miu Miu lo combina con negro, en un magnífico revival de los 40’s.


Podéis hacer vuestro este outfit con una falda lápiz y esta blusa de BDBA.
Matthew Williamson lo suaviza combinándolo con nude.


Prada lo incluye en pequeñas dosis en sus minivestidos, revisión de los años 60.


Y Maje lo utiliza para alegrar una blusa.
Y en honor a mi mami (ella sabe por qué lo digo, y a vosotras no os voy a contar todo, que desaparecería la magia…) os dejo con el color rojo por excelencia, el Valentino.